¿Deseas tener más dinero? ¿Deseas ser rico/a? ¿Deseas tener suficiente para superar las facturas interminables que parecen no parar nunca? ¿Crees que deberías trabajar más duro? Antes de hacer eso, ¿alguna vez has explorado tu relación con el dinero?
«¿A qué te refieres con eso?» preguntarán la mayoría de las personas.
Algunas personas dirán que no piensan mucho en el dinero, o lo desestimarán como algo terrible y la raíz de todos los males. Sin embargo, la mayoría admitirá que desearían tener más. Desearían que no fuera tan difícil para ellos ganarlo. Pocos se dan cuenta de que tienen una relación con el dinero. Es esta misma relación la que afecta la cantidad de dinero que ganamos. ¿Qué tipo de relación tienes tú?
¿Sobrepiensas cada vez que necesitas gastar una gran cantidad de dinero en ti mismo/a? En un conjunto, un reloj… o algo más de alto valor. «Bueno, eso es porque no puedo permitírmelo.» dices tú.
¿Tienes un diálogo en tu cabeza que va algo así como …
«Me encanta esto, debo comprarlo»
«No, no puedes, es un desperdicio»
«No tengo dinero para cosas así»
«Pero realmente me encanta»
«¿Qué pensará mi madre? »
«Debo guardar mi dinero para una emergencia.»
El diálogo continúa y continúa en tu cabeza, hasta que un día se gasta en una emergencia de verdad.
La relación que tienes con el dinero, si constantemente tienes conversaciones como estas contigo mismo/a, indica una relación de miedo. Constantemente temes la pérdida de dinero en tu vida o el miedo de que no haya suficiente para satisfacer tus necesidades. Esta mala relación con el dinero se debe a que no te valoras por encima de todo lo demás. Hay una sensación de escasez y esa sensación de escasez se convierte en una sensación de no merecerlo, y una sensación de no tener suficiente. Así que esta sensación de miedo se manifiesta en lucha. Lucha por ganar dinero. Sentimos que la falta de abundancia en nuestra vida se debe a la falta de dinero.
No, eso no es absolutamente cierto. Es tu falta de una mentalidad abundante lo que causa la falta de dinero y no al revés. En este punto comienza el sobre-pensamiento, entrando en un círculo vicioso.
«No, no, no lo entiendes. No tengo suficiente dinero, no hay cuestionamiento de la mentalidad».
Permíteme contarte la historia de un hombre cuyos amigos solían ir a pasar el rato afuera del Hotel Taj mientras todos trabajaban en empleos de oficina, para echar un vistazo a las personas que entraban y salían. Él nunca entraba. Decidió que o comería dentro o no iría en absoluto. No era rico, pero tenía una mentalidad que decía no si, sino cuando. A pesar de ser solo un empleado de oficina, su aspiración y creencia eran que definitivamente lo haría, más temprano que tarde.
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Un hombre vendía periódicos para pagar su matrícula y enviar dinero a su madre, ya que su padre había perdido su trabajo, tenía 8 hermanos. Muchos años después, se puso en contacto con el editor del mismo periódico que se había jubilado recientemente y había escrito su último editorial, para agradecerle por darle su primer trabajo como repartidor de periódicos y hacerle saber que hoy era dueño de múltiples casas alrededor del mundo y les iba bien. Mostró su gratitud visitándolo en su ciudad natal y llevándole regalos. Sabía y entendía que el hombre que le había dado un trabajo de repartir periódicos le había dado una oportunidad para mantener a su familia. Por lo cual estaba agradecido.
Otro hombre, como inmigrante a un nuevo país, trabajaba como guardia de ferrocarril y luego como cartero. Extrañaba los ricos currys que su madre preparaba en su hogar y quería comer algo diferente a los sándwiches. Curioso sobre uno de los mejores restaurantes indios de Londres, Veera Swamy, decidió gastar sus modestos ahorros allí, para disfrutar de buena comida india. No era algo prudente, pero en su mente valía la pena poder comer buena comida india. Cabe destacar que era un restaurante muy caro, pero sentía que merecía esa experiencia. Sin embargo, el gerente del hotel pensó lo contrario, al ver su ropa y el color de su piel le dijo: » señor, no aceptamos cheques «; en caso de que estuviera tratando de comer gratis. Un insulto velado, pero uno que las circunstancias requerían que tomara. La historia se quedó con él y se la contó a su esposa e hijos unos años después. Cincuenta años después, sus hijos lo llevaron a él y a su esposa como una sorpresa al restaurante para celebrar su quincuagésimo aniversario de bodas. Después de la fiesta, el gerente se acercó a la mesa y dijo humildemente: » señor, con gusto aceptaremos su cheque .» ya que sus hijos no habían olvidado la historia ni el insulto.
El hombre estaba abrumado y agradecido de que no había dejado que esa instancia ocurrida años atrás afectara su relación con el dinero. Más bien, sus hijos habían cerrado el ciclo.
Muchos de nosotros tenemos una relación de miedo con el dinero. Miedo a perderlo. Miedo a estar sin él. Así que nos aferramos a él, no sea que lo perdamos. A menudo lo perdemos de todos modos. Como siempre, cuando estamos vibrando nuestros miedos, estos se hacen realidad. Sin embargo, muchos hombres como los de las historias, quienes a menudo tienen solo unas pocas monedas, aún así no dudan en compartir, gastar o ayudar a otro. Saben que el universo ha proporcionado abundantemente para todos nosotros y si puedes abandonar el miedo y ver el valor del dinero por lo que realmente es. El dinero es solo una herramienta. Nada más. Lo que tiene un verdadero valor es tu mentalidad.
La mentalidad de abundancia prospera en la gratitud por todo lo que recibimos, por pequeño que sea. Hacerlo a diario, especialmente en nuestras oraciones siempre que sea posible. La profunda creencia de que siempre habrá suficiente en tu vida. Esperar que lo mejor suceda, y lo recibirás.
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¿Alguna vez has notado que algunos de tus amigos siempre se ofrecen a pagar la cuenta y otros nunca lo hacen a pesar de ganar salarios similares? No es porque tengan más dinero, sino porque su mentalidad es abundante. Algunas personas, cada vez que vas a su casa, son tan generosas en su hospitalidad a pesar de sus limitados medios, nuevamente una mentalidad abundante.
Si estás familiarizado/a con el dicho indio en sánscrito, «Atithi Devo Bhava»….»un invitado es una manifestación de Dios en tu hogar». ¿Pero qué significa realmente? Significa que cuando un invitado llega a tu hogar y lo tratas como a un Dios, las bendiciones que tu invitado te dará, se manifestarán en más buena fortuna y abundancia en tu vida.
Los hombres de las historias son uno y el mismo, mi padre. Nos lo contaba a menudo mientras crecíamos, «Cree que no mereces nada menos que lo mejor, y eso es lo que obtendrás.»
Así que obsérvate a ti mismo/a, tus pensamientos y acciones. ¿Se basan en el miedo o en la abundancia? Observa lo que dices, lo que haces y lo que piensas. No sucederá en un día o dos. A veces lleva años practicar, pero llega. Concéntrate en lo que quieres, tu propio hogar, tu primer coche, estudiar en otro país. Nunca te enfoques en lo que no quieres. Incluso cuando pierdas dinero, simplemente encoge los hombros y piensa para ti mismo/a, tal vez alguien más lo necesitaba más que yo. Experimentarás un hermoso cambio en tu vida.
Recuerda, la mentalidad abundante te brinda verdadera riqueza.
